Está concluyendo, en la sala de exposiciones de la Fundación Pablo Ruiz Picasso, en la Plaza de la Merced nº 13, de Málaga, la muestra “Balzac y Ovidio ilustrados por Picasso: mitos desde el taller del artista”. La exposición está constituida en su integridad por grabados de Picasso propiedad de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal.
Ofrece desde una nueva perspectiva las ilustraciones que el artista realizó para los dos libros que reflejan uno de los mejores resultados en ese ámbito de su actividad: Las Metamorfosis de Ovidio y La obra maestra desconocida de Balzac.
En 1931 se publican dos grandes volúmenes con estampas originales de Picasso, que marcarán un antes y un después en la trayectoria artística de Picasso y se convertirán en dos hitos de la historia del libro ilustrado.
Las Metamorfosis de Ovidio es fruto de la perspicacia de Albert Skira, entonces un joven desconocido que no había editado nada. Con orgullo y perseverancia pudo derribar las reticencias iniciales y publicó su primer libro con treinta aguafuertes originales del artista más célebre del momento.
Surgido de la fuerte voluntad de un marchante fundamental en el desarrollo del arte moderno como Ambroise Vollard, La obra maestra desconocida de Balzac fue capaz de hacer de la necesidad virtud y, a falta de una mayor implicación de Picasso, configuró un conjunto de imágenes que son el contrapunto perfecto a la propuesta literaria del escritor francés. Tal fue el impacto de la pequeña novela en la imaginación del artista, que no dudó en adquirir el inmueble donde se ubica su trama. En el número 7 de la rue des Grands Augustins, donde se forja el mito del taller de Frenhofer, Picasso hizo, tan solo unos años después, su particular obra maestra: Guernica.
La obra maestra desconocida recogía todo el desarrollo introspectivo sobre el trasunto del taller, que preocupó a Picasso durante toda su carrera. Las metamorfosis, con la introducción de la mitología, le ofrecieron una vía de escape de la que surgen figuras tan personales como el centauro, el minotauro o el fauno.
Picasso y 'Las Metamorfosis' de Ovidio
Publicado por Globedia en el año 2010
La Fundación Picasso-Casa Natal de Málaga ha inaugurado hoy la muestra Exposición Picasso: Las metamorfosis, que cuenta con 30 grabados al aguafuerte realizados por Picasso para el libro de Ovidio Las Metamorfosis. Se trata del último libro ilustrado por Picasso adquirido por esta institución.
Se trata de una rara pieza de bibliofilia publicada en 1931 con una tirada de 145 ejemplares y adquirida por la Fundación Picasso en 2009. En él se recogen 30 ilustraciones realizadas por el pintor malagueño en 1930 y 1931. Cabe recordar que Picasso realizó ilustraciones para 156 libros que fueron publicados entre 1905, en plena época rosa, y 1974, un año tras su muerte. La Fundación cuenta entre sus colecciones con 44 de estos títulos, publicados entre 1911 y 1971.
Interpretación de Ovidio
Estos grabados muestran una elegante interpretación de los mitos de Ovidio y testimonian la fascinación del artista por el mundo clásico. Picasso sigue en este libro con la mayor fidelidad el texto a través de figuras que se caracterizan por la economía de líneas y la sensualidad de los temas, incluso en aquellos que contienen imágenes violentas.
La faceta de Picasso como ilustrador de libros ocupa un lugar destacado dentro de su labor como grabador, habiendo quedado eclipsada ante la magnitud del conjunto general de su obra gráfica.
Tensión y erotismo
La muestra cuenta con uno de los más elegantes y armónicos grupos de ilustraciones, realizadas con una clara visión de conjunto y aunadas por un predominio de la línea curva, casi laberíntica, puesta al servicio del mejor clasicismo picassiano. Se trata, además del primer título en el que Picasso participó desde el origen del proyecto, ya que hasta el momento se había limitado a seleccionar grabados ya realizados.
En esta ocasión, el joven editor Albert Skira ofreció a Picasso ilustrar un libro de su elección. Un sueño en el que se convertía él mismo en pez hizo que Pierre Matisse le propusiera hacerlo con Las Metamorfosis de Ovidio, en el que se relatan más de 250 transformaciones de personajes mitológicos.
La idea sedujo al artista malagueño, que durante una estancia en Boiusgeloup con su compañera Marie-Thérèse Walter, realizó entre septiembre y octubre de 1930 los treinta aguafuertes, plenos de tensión y de un delicado erotismo. El primer ejemplar de este volumen del que sólo se realizaron 145 ejemplares, fue entregado a Picasso el día en el que cumplía 50 años, el 25 de octubre de 1931. El ejercicio de virtuosismo que Picasso hace en estos grabados es tal que este título picassiano, en palabras de William S. Liebermann, es "uno de los libros más admirables de nuestro siglo".
Imágenes de La Metamorfosis... en GOOGLE
La obra maestra desconocida, de Balzac, por Picasso
Nota de José María Parreño, para El Cultural
Desde las Vidas de los pintores más ilustres de Vasari al Manifiesto Surrealista, de Breton, por poner dos ejemplos bien distantes, el texto literario siempre ha servido de contrapunto a la creación artística, ya fuera para recoger sus vicisitudes ya como fuente de inspiración. Concretamente, en los dos últimos siglos, media docena de obras literarias son de enorme interés desde el punto de vista artístico, porque dan carta de naturaleza a una cierta sensibilidad que no encontraba medio de reconocerse.
Vista desde lejos podemos encontrar ciertamente incongruente la pareja Balzac-Picasso, pues nada parece más opuesto a la libérrima creatividad picassiana que la escritura fotográfica de quien se calificaba a sí mismo de “secretario de la realidad”. Pero Balzac, aparte de ser -en La comedia humana- el autor de un universo perfectamente intercambiable con el cotidiano, lo fue también de una veintena de novelas filosóficas, una de las cuales es ésta de la que hablamos.
Escrita en 1832, ambientada en la Francia del siglo XVII, surtida de un fondo de ideas y términos heredados del renacimiento, La obra maestra desconocida plantea sin embargo un problema absolutamente moderno -y desde esta perspectiva, crucial-, como es la necesidad de que el arte interprete la realidad en lugar de ser su mera copia. La narración está soportada por cuatro personajes masculinos -tres pintores históricos y uno de ficción-, que encarnan posiciones diferentes frente al hecho artístico, y dos femeninos, que representan la mujer real -amiga y modelo- y -una antigua cortesana-, el ideal femenino.
Todos estos aspectos empiezan a hacernos entender el porqué del interés de Picasso en la obra. El hecho de que el taller de Porbus, donde comienza la narración, fuera casi con total seguridad, el mismo que Picasso ocupó a partir de 1937 en la Rue des Grands Agustins -donde pintó Guernica-, no hace sino completar las afinidades.
La obra en la primera edición realizada por Ambroise Vollard en 1931, contenía dos series de grabados: 13 aguafuertes realizados por Picasso en 1927 y 1931, junto a 65 dibujos de 1924 grabados en madera por Aubert. En aquella ocasión, además, Picasso intercaló cierto número de dibujos a pluma. La edición que tenemos entre las manos reproduce, como ha hecho la mayoría, sólo los 13 aguafuertes. Son de tipo figurativo y en lineas generales acompañan el discurrir del texto. Se ha añadido también, con buen criterio, uno de los grabados en madera, pues en ellos Picasso interpretaba de forma personal los problemas del protagonista de la novela en su tarea de representar en su verdad esencial a la modelo.
El paralelismo entre los propósitos de Frenhofer y los del propio Picasso es evidente y Picasso, como haría luego en otras ocasiones -por ejemplo con Degas- parece disfrutar encarnando en otro pintor su propias obsesiones.
Imágenes de La obra maestra... en GOOGLE