Ilustración de Gabriel Pacheco para 'Moby Dick
Las cifras no son concretas porque el álbum ilustrado sigue, a efectos de estudio, englobado dentro de la categoría de
infantil y juvenil.
Sin embargo, el último informe del
Observatorio de la Lectura del
Ministerio de Cultura señalaba que “
el álbum ilustrado está viviendo una
época dorada”. No son libros para niños ni novelas gráficas, son
relatos cosidos con ilustraciones. Ediciones cuidadas al máximo en las
que la lectura es acompañada, guiada, por ilustradores que, lejos de
limitarse a adornar un texto, lo complementan, mientras van ganando su
propio espacio como creadores.
Ocurre en casi todas las librerías, y
cada vez con más frecuencia. Desde una cubierta,
Caperucita Roja mira,
con ojos enormes y verdes, cómo los negros arpones dibujados por
Gabriel
Pacheco trepanan las costillas de la blanca
Moby Dick; junto a ellos,
el
Drácula imaginado por
Bram Stoker y reinterpretado por el dibujante
Fernando Vicente cruza una mirada con el santo
Bebedor de
Joseph Roth,
encarnado en los carbones de
Pablo Auladell.
El mundo editorial sucumbe al poder de la ilustración, del mismo modo que la propia palabra
ilustrar sucumbe al poder de la polisemia. El diccionario de la
RAE y sus definiciones de este verbo son una buena brújula para explorar el fenómeno:
Ilustración de Agustín Comotto para 'La caída de la casa Usher', de Edgar Allan Poe.
Ilustrar: 1. tr. Dar luz al entendimiento. U. t. c. prnl.
Fue en
Salamanca, en 1997, en un acto de la
Fundación Germán
Sánchez Ruipérez. “Allí unos cuantos editores acuñamos el término álbum
ilustrado”, recuerda el editor
Samuel Alonso. “También entonces
certificamos la defunción de la ilustración en
España. Los noventa
habían sido años muy duros en ventas, pensábamos que el negocio no tenía
futuro”, continúa, antes de encogerse de hombros. “Luego, todo mejoró
poco a poco, hasta llegar al optimismo de hoy”.
Alonso es editor de Libros del Zorro Rojo,
sello independiente nacido en 2004 con el firme y sano propósito de
reivindicar el libro ilustrado como espacio de experiencias estéticas y
literarias propias. En 2011 ganó el
Premio Nacional a la mejor labor
editorial. “Ahora tenemos 170 títulos, 15 de ellos agotados. El ciclo de
vida de un álbum ilustrado es distinto al de un libro; puede esperar en
cualquier librería, porque no lo despacha la prisa por venderse”. Ediciones realizadas con mimo que llegan a los 2.000 y 3.000
ejemplares, que pueden esperar en un rincón, acechando, dispuestas a
meterse por los ojos del lector cuando pasa por delante.
Con esa
mentalidad han surgido editoriales en torno al mundo ilustrado, mientras
que otras ya formadas se han sumado al fenómeno.
Chucherías de Arte,
Gallo Nero, Lata de Sal, Impedimenta, Modernito Books, Reino de
Cordelia, la Decadente, Tres Hormigas, Silonia, Edelvives… la lista
sigue creciendo. Algunas de ellas trabajan también con textos propios,
aunque no es la norma entre los álbumes. “En general, el nivel de los
ilustradores en
España es muy superior al de los escritores de libros
ilustrados. Nosotros trabajamos solo con textos clásicos en gran medida
por eso”,
confiesa Diego Moreno, editor de Nórdica.
Esta es una opinión generalizada en el sector. “
España es una cantera
estupenda de ilustradores, en cuanto a talento estamos a la cabeza de
Europa. Los textos propios, es cierto, no están al nivel”, corrobora el
editor de
Zorro Rojo.
“De lo que no cabe duda es de que vivimos un momento
ilustrado. El lector está educado en la imagen, y es imagen lo que
demanda”, opina
Santiago Tobón, de
Sexto Piso,
otra de las editoriales que ha participado de este auge, y que también obtuvo el
Premio Nacional a la mejor editorial, en 2008
Ilustración de Fernando Vicente para 'Drácula' (Reino de Cordelia)
2. tr. Aclarar un punto o materia con palabras, imágenes, o de otro modo.
Diego Moreno creó
Nórdica Libros en 2006 y, dos años
después, recibió el premio a mejor labor editorial. En su caso, al
contrario que en
Libros del Zorro Rojo, el crecimiento hacia la
ilustración fue paulatino.
“En principio, el álbum ilustrado era una de las tres patas que
formaban
Nórdica (junto con la literatura nórdica propiamente dicha y la
colección
Otras latitudes, que edita textos descatalogados de literatura universal).
Ahora representa el 40% del volumen de venta de la editorial,
forma parte indisoluble de nuestra marca y nos hace reconocibles”,
aclara. “Es un orgullo que, por ejemplo, en la
Feria del Libro de
Madrid, nuestro trabajo compita con las novedades más importantes”. Como
muestra un botón: el último domingo de la
Feria, diez ilustradores
firmaban ejemplares en la caseta de
Nórdica rodeados de lectores.
También de cámaras de televisión de los principales informativos. “La
visibilidad que ha ganado el sector es enorme, y su repercusión, cada
día mayor”.
Un lapicero amarillo con pies y manos negras se paseaba por la
pantalla del ordenador, y de su portafolio sacaba una lista de nombres.
Esa era la portada de
Ilustrísimos, un directorio digital de ilustradores españoles
que el
Ministerio de Cultura elaboró en 2005 con motivo de la
Feria del
Libro Infantil de Bolonia. “Así hicimos nuestros primeros contactos en
Nórdica”, recuerda
Moreno. “Cogimos aquel catálogo y nos pusimos a
marcar números”. Así de fácil.
Ana Juan, Ajubel, Isidro Ferrer, Arnal
Ballester o
Max son solo algunos de los 73 nombres que aparecían allí.
Muchos de ellos se han alzado con el
Premio Nacional de Ilustración
desde entonces.
Ilustración de Luis Scafati para 'El castillo' de Kafka (Sexto Piso).
3. tr. Adornar un impreso con láminas o grabados alusivos al texto.
Uno de los viñetistas de habla hispana con más renombre
acaba de ilustrar Crímenes ejemplares, de Max Aub.
“Este encargo me llegó en un momento en el que no aceptaba trabajos,
estaba saturado”, cuenta
Ricardo Siri, Liniers (
Buenos Aires, 1973).
“
Libros del Zorro Rojo me convenció porque me transmitió la ilusión de
hacer la mejor versión posible del texto, creo que esa es la clave del
éxito de los libros ilustrados. Y también hay algo muy importante para
mí”, añade. “Y es que esta gente son unos auténticos fanáticos de las
cosas lindas”.
¿Es este un movimiento a contracorriente? “Pasamos del
e-book
al
libro-objeto. Eso dota al álbum ilustrado de una dignidad que a la
gente le interesa mucho, son objetos preciosos, editados con mimo y
mucho respeto”, señala el editor de
Nórdica. Todo por atrapar esa magia
que tienen las cosas únicas, por revalorizar algo que se puede oler y
tocar.
Liniers llegó, incluso, a dibujar una a una las 5.000 portadas de
uno de sus trabajos en Argentina. “Al final se trata de convencer al
lector de que entre sus manos tiene algo especial. Y, como ilustrador,
quieres hacer cosas distintas”. Porque también, en paralelo a cómo se
revalorizan los libros como objeto, los propios ilustradores dejan la
segunda línea y van ganando en presencia y peso.
4. tr. Hacer ilustre a alguien o algo. U. t. c. prnl.
Junto a esa cosecha ya consagrada de
Ilustrísimos, una nueva generación de ilustradores se abre camino ahora, una generación que también
se ha exhibido en las redes sociales e Internet, nuevo caladero de talento para las editoriales.
Kike de la Rubia (
Madrid, 1980) estuvo en la
Feria del Libro cinco
días firmando, siempre con gente interesada en su trabajo. Su primer
álbum lo publicó en 2012
Nórdica, ilustrando un poemario de
Emily
Dickinson. Ahora el libro va por la séptima edición. Para él, hay dos
factores que explican el fenómeno del álbum ilustrado: “Por un lado está
la cultura visual en la que los nuevos lectores llegan formados, que
hace que las cosas entren por los ojos”, comenta. “También el propio
trabajo del autor. Cada vez se tiene más la concepción del ilustrador
como creador, se le reconoce y se le busca”, admite. Este año ha vuelto a
poner su arte al servicio de la poesía,
ilustrando La extensión de mi cuerpo, de Walt Whitman, también en
Nórdica.
“Es necesario contrarrestar la inmediatez. Reivindicar el libro como
obra unitaria y preciosa tiene también una parte que me gusta menos, y
es que quizá ya no se puede atraer al lector solo con el texto, y hay
que ofrecerle más”, reflexiona
De la Rubia. Pero las oscuras
implicaciones que esboza con esta teoría las diluye pronto en una
afirmación optimista. “En realidad es algo maravilloso, porque muchos
compran por los ojos y luego se quedan a vivir en la literatura. Si es
así, si mi trabajo llama la atención en una librería y a través de él un
lector descubre a
Dickinson, yo me doy por satisfecho”.
Ilustración de Jorge González para Memorias del subsuelo, de Dostoievski.
5. tr. Instruir, civilizar. U. t. c. prnl.
“Hace siete años, cuando la gente oía hablar de ilustración decía:
¿ilustración? Ah, los libros esos para niños”, cuenta
Sabela Mendoza,
directora de
Ilustratour, el festival sobre ilustración que, tras siete
años en
Valladolid,
se celebró la pasada semana en el Matadero de Madrid,
y que contó con la participación de 50 editoriales y 30 artistas
invitados del calibre de
Liniers, William Grill, Ana Ventura o
Aitor
Sarabia, que impartieron talleres y clases magistrales.
Este año, en el marco del festival se celebró un seminario cuyo nombre ilustra bastante bien la situación actual:
Entre el boom y el crash.
“Es cierto que el fenómeno del libro ilustrado está creciendo, que cada
vez hay más ojos puestos sobre esto, y que hay una explosión en la
creatividad de los ilustradores; pero también es cierto que la
profesionalización no se está dando al mismo nivel, que todavía cuesta
mucho vivir de esto, que los creadores, excepto casos muy contados, se
sacrifican demasiado”, reflexiona
Mendoza, sentada entre los puestos del
mercado de la ilustración montado en el
Matadero, rodeada por cientos de portadas.
“Por eso es importante algo como lo que nosotros intentamos en
Ilustratour. Un punto de visibilización, pero también de encuentro, en
el que las diferentes editoriales se conozcan, los ilustradores hablen…
que se cree una industria, que es lo que hace falta”.
6. tr. Rel. Dicho de Dios: Alumbrar interiormente a las criaturas con luz sobrenatural.
Teresa Durán (
Barcelona, 1949), además de escritora e ilustradora con
más de 100 libros a sus espaldas, es profesora de
Educación Visual y
Plástica de la
Universidad de Barcelona, y da una visión global, casi
antropológica, del fenómeno: “Cuando miramos la historia de la
literatura vemos un punto de inflexión muy importante: el momento en que
se pasa de lo oral a lo escrito”, relata. “En ese momento se pierde la
interpretación que el orador hacía del cuento, su propia pátina
personal, porque el texto quedaba anclado en su forma escrita. Por eso
es tan estimulante el mundo de la ilustración, porque esa interpretación
se recupera. El texto pierde sus corsés y se reinventa”.
No escatima
Durán en elogios hacia el trabajo del ilustrador. “El
ilustrador tiene una característica maravillosa, y es que ejerce de
primer lector. Es el más atento”, cuenta. “Cumple la misma función que
un director teatral, que se ocupa de la puesta en escena de un texto
escrito por otro. En un álbum ilustrado, cada brochazo, cada pincelada
son su particular atrezo”.
Kafka, Dostoievski, Milton o Melville,
expresados ya no solo en palabras, sino en formas;
rojos, amarillos y azules que se unen al negro de cada letra. Clásicos
de la literatura que han encontrado, si no réplicas, al menos compañeros
de viaje que llevar de la mano en la más titánica de las tareas: la de
llegar al lector.
“Al final somos como los escritores. Hay un ilustrador para cada
lector”, apostilla
De la Rubia. “Y cuando ese lector te encuentra, se
queda contigo”.
Ilustración de Kike de la Rubia para 'La extensión de mi cuerpo', de Walt Whitman'.