En realidad puede ser para Navidad, para Reyes o para
cualquier ocasión que permita estimular el espíritu lector de los enanos
de la casa: por el contenido, las ilustraciones o su presentación, esta
selección garantiza un panorama de posibilidades para todo público.
Llega el
fin de año y es tiempo de balances, de repasos y de promesas a futuro. Y
también de arbolitos y de ese gusto que se da Papá/Mamá Noel cada año,
el de pensar especialmente en cada regalo para cada destinatario, en esa
previa que es el disfrute del que da. Busca que te busca, la sección
Chicos encontró las últimas de las últimas novedades en literatura
infantil y juvenil, especiales y recomendables por diferentes motivos. Y
seleccionó estos diez posibles grandes regalos para chicos y para
jóvenes lectores, y para Papás/Mamás Noeles que disfrutan de regalar
libros. A correr que dan las doce... O a guardar la idea para Reyes.
¿Por qué? Gatos
La reconocida ilustradora y escritora eslovena
Lila Prap –se llama
Lilijana Praprotnik Zupanèiè, pero hizo bien en ponerse un seudónimo–
tiene un estilo muy propio en sus dibujos, tan de crayón cargado. Y
entre su vasta obra tiene fama ganada por estos libros de los porqués,
que comenzaron con dudas basales sobre varios animales –¿por qué tiene
rayas la cebra?– y siguieron con uno de perros y este de gatos. ¿Por qué
los gatos mueven la cola? ¿Por qué los gatos cazan ratones? ¿Por qué
ronronean? ¿Por qué los gatos afilan las garras? ¿Por qué le tienen
miedo al agua? ¿Por qué entierran su caca?, se revela aquí. Lo mágico es
que, si bien hay una base de divulgación, porque todas las
explicaciones están dadas de acuerdo a lo que se pudo saber desde la
ciencia, sin mentir, omitir ni exagerar, las respuestas son verdaderos
cuentos en sí mismos. Y así, a cada explicación avalada por el
pensamiento científico, le antecede una historia disparatada, tierna o
mítica, y una reflexión de la autora. Salió aquí hace poco por
Unaluna, y
está recomendado a partir de 4 años, pero seguro que también les gusta a
los de 14, a los 44 y a los de 104.
Yipo
El ilustrador mexicano
Juan Gedovius hizo este libro que no necesita
de palabras para contar esta historia monstruosa, divertida, tierna,
llena de acción y suspenso, ¡y tan lineal como nada lineal a la vez!
Resulta que este libro se va contando a medida que se despliega, y
página a página se va formando una larguísima página horizontal. Y así
van apareciendo estos graciosos monstruitos en las más diversas y
alocadas situaciones. Cuando termina el libro... vuelve a empezar, del
otro lado. Y todo a partir de una lanita celeste. Si la idea del sinfín
ha dado lugar a las más soñadoras y enigmáticas creaciones, esta
historia monstruosa y circular hace un lúdico uso de esa idea. Original,
divertido y diferente por su formato y propuesta, el libro tiene la
virtud extra de poder ir dirigido a un muy amplio abanico de lectores:
desde los más, más chiquitos, aún no iniciados en la lectoescritura –la
edición en material bien resistente y la bonita caja en la que viene
guardado el libro, también acerca a este tipo de público– pasando por
todas las edades de niños y niños de alma. Lo editó recientemente
Fondo
de Cultura Económica.
Los superhéroes odian las alcachofas
Qué bien vendría en estos tiempos un superhéroe como Fosfo, capaz de
vencer cualquier injusticia con sus titánicas proezas. En este libro
loco –en forma y contenido, que hasta trae unas “exclusivas gafas de
supervisión” para seguir las ilustraciones en 3D– la muy reconocida
dupla francesa de
Benjamin Lacombe y
Sebastien Perez descubre todo lo
que hay que saber del complicado oficio de superhéroe, con retratos de
superbuenos y supervillanos de todo el mundo y de todos los tiempos,
fragmentos exclusivos de diarios íntimos, una clasificación de
superpoderes y tests para que el lector sepa si tiene pasta de
superhéroe. Lo publicó
Edelvives, y es un lindo regalo para chicos y
grandes que quieran volver a vivir esa envidiable certeza de que todo,
pero todo, puede ser posible.
Las marcas de la mentira
Esta historia reúne todas las condiciones para atrapar a los lectores
más grandes: tiene un caso policial inquietante, otro misterio de fondo
que viene de tiempo atrás, una historia de amor con la cual sentirse
identificados, un personaje principal entrañable, una escritura que
marca el ritmo entre el misterio y el suspenso y las vivencias
cotidianas de la protagonista. Es la segunda parte de la saga Sol de
Noche, continúa la historia iniciada en La velocidad de la música y
puede leerse sin esta referencia previa, aunque la continuidad la hace
más jugosa aún. Todo comienza con un auto desbarrancado en el Lago
Lácar, con un extraño cadáver en su interior. Y con Sol Linares, la
joven protagonista, ya convertida en pasante en el diario en el que su
padre es jefe de redacción. Como en la novela anterior, Sol intentará
resolver el caso desde su blog y con la ayuda del misterioso A. L.Timón.
La escribió
Andrea Ferrari y fue editada hace poco en
loqueleo, el
nuevo sello de Santillana que hereda lo que fue Alfaguara infantil y
juvenil.
Un libro en tamaño real
Tal como su nombre lo indica, la gracia de este libro es que está
hecho de fotos en tamaño real, y así es posible tomar dimensión de
pesos, tamaños, distancias y otras cantidades de la vida cotidiana que
sorprenden. Desde las pezuñas de un elefante hasta la caca de un San
Bernardo –el perro más grande, mientras que el más pequeño es el
chihuahua– todo aparece en su real dimensión. Y así el lector se entera
de que hacen falta unas cincuenta hormigas para robarse una porción de
torta, que si se junta el aire respirado en un día se llenan más de
ochocientos globos, que en un solo balde se pueden encontrar unos 120
millones de granitos de arena, más que toda la gente que vive en
Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú. Este libro en
tamaño real es una artística y divertida manera de tomar conciencia del
lugar que cada cual ocupa en este mundo. Es obra de
Jorge Doneiger y
acaba de reeditarlo
Pequeño Editor, después de haber sido traducido a
varias lenguas y de llegar premiado de la última Feria de Bologna.
¿Qué es la verdad?
Otro libro de preguntas. Y una buena pregunta. De muy difícil
–¿imposible?– respuesta cuando es formulada por un niño, y dirigida a un
adulto. Es que los chicos tienen esa costumbre: preguntan. Bueno, acá
está este libro, para traer respuestas, o tal vez –otra vez– nuevas
preguntas. Es también un libro de divulgación científica para chicos, en
este caso alrededor de una ciencia como la filosofía. Lo hizo la
alemana
Antje Damm y lo tradujo y publicó en la Argentina
Ediciones
Iamiqué –que ya había publicado de esta autora ¿Qué es el tiempo?–.
¿Todos mentimos alguna vez? ¿Omitir la verdad es mentir? ¿Por qué
queremos saber la verdad? ¿Hay verdades que es mejor callar? ¿Hay
mentiras que están justificadas? ¿Los animales mienten? ¿La verdad puede
lastimar? Son algunas de las preguntas de verdad que, con mucho
ingenio, dispara este libro.
Peter Pan y Wendy
La historia del niño que no quería crecer está por cumplir un siglo y
sigue fascinando con toda su potencia fantástica, más allá y más acá de
enviones como los de Disney. Primero fue una obra de teatro, en 1904, y
en 1911 el inglés James M. Barrie publicó la novela que ahora edita
Colihue en su colección
Los libros de Boris. La historia es conocida:
Peter Pan va a Londres, se le aparece a Wendy, le enseña a volar a ella y
a sus hermanos, John y Michael. Y juntos vuelan de la casa familiar
para aparecer en el País de Nunca Jamás, donde los esperan los Niños
Perdidos, el hada Campanita, el Capitán Garfio y un montón de aventuras.
Sólo el comienzo de esta historia da cuenta del germen que la ha
transformado en clásico: “Todos los niños, menos uno, se hacen mayores.
Se enteran muy pronto de que van a crecer. Wndy lo supo un día cuando, a
los dos años, cortó una flor del jardín y corrió a llevársela a su
madre. Seguramente era una imagen adorable, porque la señora Darling se
llevó una mano al corazón y exclamó: ‘¡Ay, por qué no te quedarás así
para siempre!’. Esto fue todo lo que se habló del tema, pero a partir de
ese momento Wendy supo que iba a hacerse mayor. Siempre te das cuenta
al cumplir los dos años. Ese es el principio del fin’”.
Para cuidarte mejor
Caperucita Roja siempre ha dado tela para cortar en la reversión,
desde las que censuraban los detalles más cruentos de la historia de los
hermanos Grimm, hasta llegar a las que plantearon una Caperucita feroz y
un lobo bueno. O una abuela más protagonista y menos boba, o todas las
formas de la metáfora del bosque y el peligro del lobo suelto y la niña
paseando tan suelta por ahí. Entre tantas versiones a lo largo de la
historia, esta realmente es original, y está en buena parte sustentada
por las muy rojas y personales ilustraciones de
Ximena García, también
autora del texto. Aquí no hay camino peligroso ni lobo feroz que valga.
Para lanzarse a ese bosque, Caperucita deberá enfrentar al más corriente
y cotidiano de los obstáculos: su propia madre. Con buena edición en
tapa dura y lindo papel, lo publicó hace poco
Uranito.
La canción de las pulgas
Este cuento alguna vez formó parte de aquella entrañable colección de
los
Cuentos del Pajarito Remendado, esos libros chiquititos que leían
los que ahora son grandes. En el nuevo siglo, la historia vuelve en un
hermoso libro cuadrado de tapa dura, editado con pasión de editor por
Calibroscopio. Y resulta que aquella pícara historia de las siete
pulguitas y su canción –o las muchas canciones que la familia pulguienta
va ensayando–, aparece ahora reuniendo a
Gustavo Roldán, el recordado
escritor chaqueño, y a
Gustavo Roldán, el también reconocido ilustrador
radicado en
España. Padre e hijo, que además se llaman igual. Como si no
mediasen años, distancias ni ausencias físicas, los
Gustavos Roldanes
vuelven a contar ahora esta historia de las muy traviesas pulgas ¡que
hasta se atreven a decir un par de malas palabras en un texto para
chicos! ¡Vade retro, señora directora!
El dragón de papá
Esta es otra historia que tiene muchos años, y que ya entra en la
categoría de clásico. Fue el primer libro publicado por la neoyorquina
Ruth Stiles. Lo escribió en 1944, cuando tenía 21 años, y lo ilustró su
madrastra,
Ruth Chrisman, junto a quien completaría la historia con dos
libros más. El protagnoista es Elmer Elemento –a quien la narradora se
llama “papá”–, un chico que tiene un sueño: volar. Y aquí también, como
Peter Pan, hay una isla, en este caso la Isla Salvaje –que enfrente
tiene otra, la Isla Mandarina–, donde resulta que un grupo de animales
explotadores tiene encadenado a un dragón, ¡justo el dragón que podría
hacer realidad el sueño de volar de Elmer! El protagonista parte en
barco hacia la isla, donde se enfrenta a diversos peligros que sabrá
resolver con ingenio y con todas las porquerías de dudosa utilidad que
lleva en su mochila, transformadas en herramientas mágicas. La historia
tiene una fuerza fantástica deliciosa, y las ilustraciones en blanco y
negro potencian esa fuerza, que sigue siendo un imán encantador. Hay,
además, un hermoso mapa de las islas con referencias de la historia.
Llega a estas tierras publicado en
Madrid por el sello
Turner.