La ILUSTRACION, vista por ILUSTRADORES VALENCIANOS
En el portal CULTUR PLAZA.COM, de Valencia, realizaron una nota a 6 ilustradores valencianos acerca de la relevancia que han tomado artistas gráficos de ese origen.
CARLA FUENTES en su otra vida es una ilustradora valenciana llamada Littleisdrawing que campa en Madrid y dibuja o ha dibujado para publicaciones como Le Monde, Vogue, Esquire o El País Semanal, y para marcas como Pull & Bear, Nike, Absolut, Coca-Cola o MySpace. Suelen definir el estilo de sus dibujos como naif ("es una palabra que odio"), aunque verdaderamente parecen bordados con una sencillez que atrona.
A la mayoría de sus personajes, Jorge Lawerta decide a conciencia (o sin ella) ponerles abundante vello facial. Ha usado su armamento para participar en la causa de clientes como ESPN, Plátano de Canarias, Valencia CF o Levante UD. "Ahora mismo estoy con una ilustración de una lata de cerveza para una empresa canadiense y con propuestas de camisetas para la próxima temporada del Levante UD". Si alguien tuviera que dibujar al fútbol español, sería él.
A María Herreros le privan los seres humanos que desfiguran sus rostros sin darse cuenta y, tal vez por ello, a los personajes de sus obras se les detecta rápido por tener atributos de tres pares de narices. Siempre quiso dibujar y ahora lo hace para Taschen, Coca-Cola, Turia o Norma Editorial mientras va metiéndose country americano en vena.
Luis Demano es un ilustrador sin pulimentos. Sus lápices de colores tienen -es un decir- forma de obús. Representa la vía más pura de la ilustración de aquí, poco dada al artificio y sí mucho a la mejor tradición. "Soy un rantoncillo que corre sin pausa en la rueda del imaginario colectivo. Mis ideas, ni mejores ni peores, no me pertenecen". Con su tradición ha entrado en el zaguán de clientes como Ajoblanco, Sra.Rushmore, El Mundo, Media Vaca o ABC Cultural.
Mar Hernández es Malota, un segundo nombre con eco. Como todo un clan, ella vino del sureste español a la facultad de Bellas Artes San Carlos para quedarse. Autora del libro Lugares Sinfín, sus trabajos -que parecen extraídos con pico y pala de minas de colores- han estado presentes en The Wall Street Journal, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), Private... Esta semana ha terminado una ilustración para la revista Variety de Los Ángeles.
Laura Pérez, madre del Circuito de Ilustracion Valencia (una prueba palbale de que la efusividad para con la ilustración local aumenta), conforma imágenes humanas de sentidos hiperactivos. "¿Mi estilo? Claro, relajado, conciso... aunque quizás esta tarde piense otra cosa". Ha estado en los papeles de la Elle, National Geographic, American Airlines, Santillana, Edebé... y su paritario de ideas son las cafeterías.
Ellos seis son los elegidos para, cada uno desde un fuerte, hablar de lo suyo ante una batería de preguntas concretas.
---¿Qué es ser ilustrador?
Carla Fuentes: Dibujar ideas que otros tienen.
Jorge Lawerta: Diría que es como un artesano, como un sastre o un zapatero. Estamos en nuestro pequeño taller haciendo trabajos concretos y esperando que les gusten a la gente.
María Herreros: Alguien que trabaja en crear gráficos para acompañar conceptos.
Luis Demano: Ni lo sé ni me importa.
Mar Hernández: Es transmitir determinados mensajes mediante las imágenes que él mismo genera.
--- El florecimiento de la ilustración valenciana. ¿Realidad o rumor infundado?
Carla Fuentes: Hay un boom y es más visible por las redes sociales, pero buenos ilustradores han existido siempre, sólo que que realizaban el trabajo de un modo más anónimo.
Jorge Lawerta: Lo que sí está claro es que hoy en día hay muchísimo talento que reside o ha salido de aquí, talento que además cada vez hace trabajos más interesantes y que cada vez tiene más repercusión fuera. Ójala no sea sólo una moda.
María Herreros: Es real, se vive, pero si no hay una concienciación y se paga lo debido a los ilustradores, se respetan derechos y se dan más facilidades, se marcharán o directamente lo dejarán.
Luis Demano: Valencia tiene una tradición gráfica muy antigua, y nosotros sólo somos un nuevo eslabón en la historia que otros, cuando hayamos muerto, espero que continúen. La burbuja que está viviendo nuestra profesión, tanto en Valencia como a nivel internacional, es un bluf orquestado por los intereses de la industria cultural. En unos años se olvidarán de nosotros, y se dedicarán a venderle a las nuevas generaciones otra moto "cool".
Mar Hernández: Por los alumnos, y no sólo por mis compañeros de profesión, veo que hay más gente interesada por la ilustración, y se está traduciendo en más eventos, exposiciones, charlas, congresos, cursos...
Laura Pérez: Creo que realmente hay mucha gente que se dedica a la ilustración en nuestra ciudad. Quizás sea una moda o quizás sea ya un rasgo más de la actividad artística valenciana.
---¿Cómo describirías Valencia con una ilustración?
Carla Fuentes: Con mucha luz y muchas palmeras, playa y ocio.
Jorge Lawerta: Claramente me basaría en la arquitectura modernista de principios de siglo. Bueno, y también en el mundo de las etiquetas de naranjas, me resultan muy inspiradoras.
María Herreros: Sin dudarlo, recurriendo al Manierismo.
Luis Demano: Con una línea blanca.
Mar Hernández: Yo a Valencia me la imagino como una escultura de cartón piedra, como el decorado de un parque de atracciones, muy aparente pero a veces vacía de contenido.
Laura Pérez: Seguramente la pintaría con formas muy sencillas y colores combinados vivos y menos saturados, y colaría alguna naranja.
---¿Qué virtudes necesita tener un ilustrador de hoy en día?
Carla Fuentes: Versatilidad y rapidez. Te piden muchas más cosas que antes, tienes que saber resolver cosas de las que antes se encargaban otros. Y sobre todo rapidez, porque te lo piden todo para ayer.
Jorge Lawerta: Principalmente que pase lo que pase, estés en el momento en el que estés, tienes que seguir dibujando, con o sin cliente detrás.
Laura Pérez: Saber adaptarse al concepto a expresar, tener recursos para saber expresarlo, ser paciente y muy dedicado y apasionado en lo tuyo.
Luis Demano: Debes tener muchos amigos en el Facebook. Lucir unos tatuajes fardones que sinteticen la vacuidad de este mundo. Y por último, y no por ello menos importante, que tu editor sea del grupo PRISA o de cualquier otro lobby mediático, para poder freír al resto de mortales con aburridas entrevistas en las que hagas creer a un montón de analfabetos gráficos que tu trabajo se sustenta en tus muchas virtudes.
---¿Dónde, en qué momento, le nacen las mejores soluciones a un ilustrador?
Carla Fuentes: Mis horas de inspiración son nocturnas, creo que los mejores dibujos que he hecho han salido de madrugada. Y las mejores ideas vienen de la nada, de cualquier parte.
Jorge Lawerta: La gran mayoría de ilustradores que conozco trabajan por la noche, empiezan su jornada laboral tarde, y van de menos a más. En mi caso el mejor momento es a primera hora de la mañana bien pronto, en silencio y con un café.
María Herreros: Las horas en las que me sale más natural son las de la tarde, pero no puedo permitirme esperar a la inspiración, así que tengo aprendido el cómo provocarla. Normalmente cambiar de espacio o conocer gente nueva inspira mucho.
Luis Demano: Mis pequeñas ideas fluyen cuando reviso el trabajo de mis grandes maestros. Estoy atrapado en el bucle infinito de la tradición. La originalidad me importa un pimiento. Y trabajo las horas justas para poder ganar para comer, el resto de las 24 horas que me sobran estoy dibujando. Incluso cuando duermo, dibujo mentalmente. Esto, que puede parecer una gilipollez, es del todo cierto. Durmiendo he resuelto gráficamente un sinfín de trabajos.
Mar Hernández: Eso es un misterio para mí. Podríamos pensar que un ambiente relajado y rico en estímulos visuales sería un buen contexto para la creación, pero lo cierto es que en ocasiones, bajo presión, con cierta ansiedad y en una situación estresante, nacen ideas que no han nacido de otro modo. Lo que sí tengo claro es que en mi caso, para que esas ideas surjan antes o después, tengo que alimentarme de estímulos: visuales, sonoros, vivenciales al fin y al cabo.
Laura Pérez: En muchas ocasiones pienso en lo que tengo que hacer y dejo de pensar en ello, voy haciendo otras actividades y de vez en cuando dejo que la idea caiga y la replanteo, no la fuerzo, entonces va apareciendo algo más concreto. Las cafeterías son un buen lugar para pensar, me gusta que haya ruido de fondo sin tener distracciones como las que se encuentran en la propia casa, así que no salgo de la cafetería hasta que las ideas llegan al papel.
---¿En qué momento te diste cuenta de que querías dedicarte a la ilustración?
Luis Demano: Cuando me empezaron a pagar por dibujar y no tuve que seguir ganándome la vida limpiando la mierda de las fiestas de los ricos, cosa que hacía hasta ese preciso momento. Lo mío no es pasión, es necesidad.
Mar Hernández: No sé cuándo fui consciente, a veces digo que me di cuenta de que quería dedicarme a la ilustración cuando ya era ilustradora. No sé cuáles fueron los motivos, no sé por qué me gusta dibujar del mismo modo que no sé por qué me gusta el chocolate.
Laura Pérez: Cuando aprendí a usar casi correctamente el color en los dibujos, pensé: qué suerte tienen los que se dedican a ilustrar y viven de ello. Lo fui intentando hasta que progresivamente algo fue saliendo. Disfruto tanto creando imágenes, que aunque sea un riesgo de profesión, es tiempo invertido del que jamás me arrepentiré, vaya mejor o peor.
---¿Y qué es lo mejor, qué es lo peor, de dedicarse a dibujar?
Carla Fuentes: Es satisfactorio 100% dedicarte a algo que realmente te llena y te gusta y con lo que disfrutas. Lo más complicado es ver cómo se ha devaluado mucho el oficio, cómo cada día pagan menos por algo que realmente lleva mucho trabajo y mucha creatividad detrás.
Jorge Lawerta: Lo más satisfactorio de todo, sin duda alguna, es dedicarme a lo que más me gusta: dibujar. Después está la libertad de horarios y el hecho de poder trabajar con gente distinta, un día estás haciendo un mural y al otro una camiseta. Lo peor vivir con la inseguridad de no saber qué pasará el mes que viene.
María Herreros: Lo más positivo es esa emoción cuando encuentras una idea que sabes que funciona, y te suben las pulsaciones. Lo más complicado es la soledad, y las dificultades que pone el gobierno a los autónomos. Sobre todo lo último.
Luis Demano: Lo mejor es ganarme la vida con lo que he hecho desde que tengo uso de razón. Y lo más difícil, vivir en este país donde a la cultura la han convertido en un producto de entretenimiento.
Laura Pérez: No resulta fácil tener que explicar que no se trata de hacer dibujitos, que se cobra por ello