viernes, 3 de agosto de 2018

A los 67 años falleció EDUARDO MAICAS




Nota del diario Clarín

Eduardo Maicas, humorista gráfico y guionista, murió hoy por la mañana en su departamento de Caballito, a raíz de un paro cardíaco.

Tenía 67 años. Hasta el miércoles mantuvo su rutina habitual, por lo que la dura noticia sorprendió.

En su estudio ilustraba y escribía rodeado de lápices negros, cuadernos, figuras de superhéroes, fotos de colegas y amigos.

Trabajó para diarios y revistas, se destacó en la radio y también escribió guiones de programas humorísticos televisivos, tanto para adultos como infantiles.

Sus restos serán velados este viernes, a partir de las 13 hs., en Cucha Cucha 1785, en el mismo barrio en el que vivía. 

Su primera viñeta apareció en Oeste Semanal, una publicación diaria de San Justo; más adelante publicaría las primeras tiras cómicas en la revista Patoruzú (una de sus lecturas favoritas de niño), Pitos y Flautas, Tía Vicenta, Humor, Sex Humor (donde integró y fue parte del equipo creativo) y Satiricón.

El dominio del humor negro en Sex Humor convenció a Pipi Sposito de llevarlo a las páginas de Fierro, donde participó en la historieta La calavera de Hamlet, que luego sería desarrollada en la serie Barrio Gris, a partir de 2009.

Su trabajo también se destacaría en las revistas Libre, Somos, Feriado Nacional, El Gráfico, Tía Vicenta, Fierro, Pitos y Flautas, El Ratón de Occidente, Media Suela, Comic.ar, Humi, Genios, Laberintos y Billiken; en la revista española El Jueves; además, en los diarios La Razón, El Cronista Comercial y La Prensa, entre otros.

En la década del 90, se sumó como humorista a ciclos de Radio Rivadavia y Radio Belgrano. Fueron los años en que también despuntaría con la célebre tira Clara de noche, con dibujo de Jordi Bernet.
Además, fue guionista de Infierno en la Torre, con dibujos de Raúl Fortín. Y, en televisión, escribiría guiones para los programas Tres tristes tigres del Trece y Peor es nada, entre otros.

Cada mañana, después de informarse encaraba su rutina de trabajo: la construcción del chiste y sus personajes. “Empiezo por la cabeza, a grandes rasgos, después el cuerpo, la mano en el bolsillo. Si veo que el dibujo está bien construido hago los detalles. Me gusta que mis personajes sean simpáticos, aunque transmitan humor negro”, decía en una entrevista que concedió a este diario en 2017. 




Nota de Fernando Sendra para el mismo diario Clarín

                          Maicas - Migliardo - Sendra - Lipovetzky  - Maradei

Sendra recordó a su amigo Maicas: "Muchos le deben a él su carrera"


Hoy murió Eduardo. Es raro pronunciar el apellido de un amigo porque hace todo más solemne, pero es imprescindible. Eduardo, para los amigos, era Maicas para los lectores. Eduardo Maicas fue un gran dibujante, un excelente humorista y un gran creativo.

Su carrera se desarrolló en los grandes medios del humor gráfico nacional. “Satiricón”, “Billiken”, “Tía Vicenta” y “El Gráfico” fueron algunos de los medios que nos lo acercaron semanalmente. Trabajó en diarios, radio, televisiónpublicidad, pero enumerar su trabajo lo reduciría a la categoría de un gran profesional, y él fue una gran persona.

Voy a mencionar especialmente que tuvo a su cargo la dirección artística de la revista “Humor” en su mejor momento, y me atrevo a decir que muchos, pero muchos dibujantes, le deben a él su carrera, y eso no es propio de quién sólo es un gran profesional, sino una persona de un espíritu superior.

Descubrió talentos, los pulió, los alentó con una generosidad muy poco frecuente, los publicó a sabiendas de que todavía eran un proyecto y les dio las alas para que se animaran.

Quien lo haya tratado sabrá de la excelencia de los valores con que se movía.

Su familia, sus hijos, su profesión y su amado Club Independiente eran las estrellas que lo guiaban. Peronista apasionado, hombre que le peleó a la vida cada centímetro.

Buenísima persona, extraordinario padre y amigo.

Mañana tu ausencia estará ahí, presente, entre las grandes.






Nota de Mariana Perel para el diario Clarín (2017)

El desafío de hacer un chiste por día

Eduardo Maicas, famoso dibujante y humorista, explica cuál es su proceso creativo.


Bastan unas pocas líneas, capacidad de observación y sentido del humor para que Eduardo Maicas, invente personajes queribles que se expresan con el único fin de hacer reír: “Es lo que más me gusta”.
En la actualidad, dibuja y guiona una tira, Guido y familia, y elabora un chiste diario. Trabaja en su departamento de Caballito, donde tiene el estudio. Por las mañanas se informa, así obtiene material para el chiste.Hoy escuché que manejar hablando por celular es más peligroso que haber tomado alcohol. Se me ocurrió: Entonces yo no tengo celular, ni borracho’”. Cuando le gusta la idea la escribe en un cuaderno: “Los tengo a todos guardados”. Después, planta el dibujo, o sea, hace el primer bosquejo.

Para ilustrar el proceso creativo, toma uno de los tantos lápices a mano y una hoja suelta que enseguida deja de estar en blanco. “Empiezo por la cabeza, a grandes rasgos, después el cuerpo, la mano en el bolsillo. Si veo que el dibujo está bien construido hago los detalles: remarco los ojos, le agrego un sombrerito. Este es un guapo que dice ‘Hola’”. Al hombrecito se lo ve contento. “Es que tiene cara de saludador. Me gusta que mis personajes sean simpáticos, aunque transmitan humor negro”.

Después de 46 años dibujando sería bueno saber si su mano va sola. “No tanto”, y sigue. “Le hago la orejita, gotitas de sudor”. El tiempo de la conversación toma el ritmo del guapo que aparece de la nada, y se planta. “Después lo paso a tinta con plumín, lo dejo sacar y borro el lápiz”. Terminado el dibujo, lo escanea y se lo envía a Marina León, ilustradora, quien lo pinta digitalmente y lo manda al diario listo para publicar.

El humorista revela el uso del viejo plumín, al pasar, con la naturalidad de quien convive con todo tipo de lápices, gomas, reglas, cuadernos, lo que sea necesario para dibujar. “Los sábados me fijo si tengo todo, compro lo que necesito en la librería; si me falta algo, el domingo, me pongo loco”.
Dibujar, para él, tiene que ver con la inmediatez; en cambio, escribir con la elaboración. “Implica un esfuerzo grande. En el planteo tiene que haber una situación que genere interés y después un remate; se puede estar todo el día buscándolo”. ¿Cuánto importa la capacidad de concentración? “Es fundamental, y el laburo. Si la primera idea que tuviste es brillante, bienvenida, pero si no es buena hay que seguir buscando”. Sus jornadas arrancan temprano, siguen a la tarde en un bar y acaban a las dos de la madrugada, cuando entrega el chiste de actualidad. “En algún momento tengo que parar”.

-¿Qué sucede cuando la letra y el dibujo se encuentran?
-El personaje cobra vida, dice lo que quiero.

-¿Qué hay de vos en tus personajes?
-Las facciones, la forma de contestar, los miedos. Se me filtran cosas todo el tiempo. A quién conozco mejor que a mí mismo.
A veces dibuja y guiona; otras, sólo se aboca a los diálogos, como fue el caso de su último libro Barrio Gris, Pipi Spósito era el dibujante.

- ¿Los dibujos son personas exageradas?
-Las personas son dibujos reprimidos.
Si bien arrancó con el humor negro, se le fue animando a todos los colores. Rescata el más blanco de todos, el del cine argentino de los años 50. Honra a Sandrini: “Me acuerdo de un chiste: él le preguntaba a un señor: ‘Perdone, ¿esta cola es para el cine?’. ‘Sí’, le respondía. ‘Hago la conscripción y vuelvo’, retrucaba el actor. Un absurdo total, a mí me gusta que aparezca la sorpresa, lo que no imaginás. Y que integre, que no implique la burla a un tercero”.

Si en su cotidiano aparece el humor, y cómo. “Es una deformación profesional: estoy con alguien, cuando me voy tengo que hacer un remate, como en un sketch”. Va más allá: “El humor me ha sacado de situaciones tristes y angustiantes. Me puse serio”. Se puso serio. Punto y aparte.

Ante la propuesta de imaginar una historieta sobre su vida responde de inmediato, como si la estuviera leyendo: “Estaría con mis tres hijos varones; Adriana, mi mujer, Independiente, el fútbol, el dibujo mismo, los viejos, mi barrio. Quiero mucho al barrio. Nací en Parque Avellaneda. Las vueltas que da la vida, ahora mis hijos viven por ahí. Tuve suerte”, dice, como si hubiera pasado al otro cuadrito de la tira. “Me acuerdo de pibe leyendo Patoruzú; siempre quise ser dibujante”.

La reflexión le arranca sonrisas y un cambio de postura: abre los brazos como agradeciendo la posibilidad de dedicarse a lo que le más gusta. “También soñaba ser cantante de tango, pero no, prefiero dibujar. El placer es demasiado grande”.


NOTA del diario La Nación de 2 de agosto de 2018

NOTA del diario Infobae del 2 de agosto de 2018

BIOGRAFIA en Wikipedia

VIDEO TELAM, en ocasión de ser nombrado Personalidad Destacada








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