ENTREVISTA a CACHO MANDRAFINA
El
siguiente es un extracto de algunas de las preguntas, de la entrevista realizada a Cacho Mandrafina en Enero de 2016
por Gabriel Zárate para su blog El Lector de Historietas.
Al final de la
nota les ofrecemos el enlace para los que quieran leerla completa.
Este informe se realizó para acompañar la muestra "Comic en la Cima", que actualmente está en exhibición, con originales de Cacho Mandrafina y Quique Alcatena, en el Museo del Humor.
Domingo “Cacho” Mandrafina (1945), genial historietista argentino de relevancia mundial es uno de los dibujantes más brillantes de una generación dorada que incluye a autores como Carlos Muñoz, Horacio Altuna, Enrique Breccia, Juan Giménez, además de ser un autentico triunfador del exigente mercado europeo y una obligada referencia del comic de Argentina de las cuatro últimas décadas. Cacho Mandrafina muy gentilmente nos concedió el gran honor de una entrevista para “El lector de historietas”. A nivel personal debo confesar que es uno de los dibujantes que más admiramos por su prodigiosa obra y su enorme calidad humana. Nuestra gratitud es infinita. ¡Gracias Maestro!
¿Cuáles fueron las lecturas iniciales que le permitieron descubrir el universo de la historieta y el interés por el dibujo?
¿Cómo surgió la decisión de estudiar en IDA (Instituto de Directores de Arte) para convertirse en historietista?
Eso fue a partir de Breccia. En realidad tendría que haberme ido a estudiar a la Panamericana que era donde estaban los dibujantes de historietas conocidos de esa época y que uno leía en las revistas de Frontera, en Misterix, pero en esa etapa, la de la escuela secundaria, no tenía demasiado interés en dedicarme a la historieta como trabajo, me sigue gustando pero lentamente voy dejando esa idea que había surgido de chico.
Luego termino la secundaria, voy a la facultad, trabajo en una oficina de contadores y después de varios años siento que ya no me sirve, que no me gusta, y que no tenía más ganas de seguir estudiando, trabajando, no veía un horizonte apropiado en el trabajo de oficina que venía haciendo y pensé en la historieta como una vuelta a mi vieja vocación y ahí estaba Breccia en el IDA, se había ido de la Panamericana y me fui a IDA por esa razón.
Alberto Breccia es una figura clave en su trayectoria ¿Qué distinguía a Breccia de los demás profesores como Ángel Borisoff?
Ángel Borisoff era un profesor exclusivamente de figura humana, de dibujo anatómico, con él aprendí muchísimo de anatomía, el manejo del cuerpo, el poder entenderlo como una estructura que uno debía mentalizar para poder trabajar en historieta que requiere mucho del dibujo de memoria si no, estás todo el tiempo pendiente de modelos o de una fotografía, entonces eso me permitió manejar y creo haberlo logrado, la figura humana. Eso fue él sobre todo: un gran maestro de anatomía.
Breccia era ya la historieta en sí misma, toda una carga de información y conceptos de la historieta como la narración, el clima, la técnica de iluminación, de resolución del blanco y negro. Todo lo que uno puede entender por la teoría de la historieta lo aprendí con él, con Breccia.
Ser
asistente de Lito Fernández, a inicios de los setentas, fue un momento
clave dentro de su formación como dibujante, incluyendo la decisión de
abandonar un empleo estable de oficina para trabajar con Lito.
Ese el momento en que dejo de trabajar en la oficina donde estaba y me dedico a la historieta, a partir que Lito me ofrece la posibilidad de colaborar con él, asegurándome un período de cierta previsibilidad, con todo lo que tiene la historieta de imprevisible, sobre todo en esa época y eso me lo aseguró y efectivamente tuve un año completo trabajando con Lito, además aprendí muchísimo y volvemos a lo anterior, todo lo aprendido con Breccia, teórica y conceptualmente, se vuelve practico cuando uno trabaja con alguien en forma cotidiana, en la producción real de la historieta sobre el tablero, se consolida todo lo que uno ha aprendido.
¿En qué momento se forja su estilo de dibujo?
Eso yo no lo podría decir. Siempre me preocupé de mirar muchos dibujantes, porque a mí me han gustado autores muy diversos en cuanto a su estilo. Ya en la época en que leía historietas, previo a la etapa de estudiar, admiraba muchísimo la obra de Hugo Pratt, Arturo Del Castillo, Breccia por supuesto, después comencé a conocer a otros dibujantes como Alex Toth, Milton Caniff, Frank Robbins, Víctor de la Fuente. Si bien la línea estructural, la columna vertebral de todos ellos es Milton Caniff, a los que se remiten casi todos, no tanto Arturo Del Castillo y Víctor de la Fuente, pero ello me fue dando a mí un sedimento, mirando los detalles de cada uno.
Al que nunca copié fue a Pratt, refiriéndome a estudiarlo, copiándolo no tanto en el trabajo, porque ahí uno se inspira en algo pero siempre se trata de no plagiar, en cambio para estudiar si, uno copia y copia un montón de trabajos de los maestros, hasta incorporar el dibujo conceptualmente, apropiándose de eso pero siempre desde un punto de vista conceptual, cosa que nos remarcaba Breccia: no repetir mecánicamente lo que hacia el otro. Entender el porqué lo hace y tratar de repetir el porqué y no el cómo.
El
policial y la influencia del cine negro americano caracterizan buena
parte de su obra ¿Fue determinante para ello la resonancia de “Savarese”
(1978-1989) con guión de Robin Wood?
No sé si fue determinante en sí mismo, pero si me sirvió de experiencia y me gustó mucho hacerla, junto con El condenado, a pesar de no ser exactamente el mismo género, y no se lo puede considerar un policial estrictamente pero de alguna manera también lo es, me sirvió mucho para desarrollar la experiencia directa de la generación de la obra de ese tópico y con una concepción más cercana a lo autoral porque había otro compromiso, conocía a los guionistas, había una actitud distinta con respecto a estas historietas y las editoriales no ponían ningún tipo de reparo con lo que hacia uno, con libertad, sin problemas. No sé si fue determinante, mi gusto por hacer historieta policial era previo y ello fue como la consecuencia de ese interés.
¿Cómo fue asumir el tema de la corrupción policial de Savarese en esa época, de conservadurismo editorial en Columba?
En realidad en Columba nunca nos dijeron que no tratáramos el tema de la corrupción, para empezar está ubicada cuarenta años antes del momento en que lo estábamos haciendo nosotros, en EEUU y además ya estaba conformado el mito de esa corrupción y la ligazón con la policía durante la época de la ley seca: el tráfico de armas, de alcohol, los gánsters, la mafia, todo mezclado daba lugar a un fenómeno que ya estaba instalado como tal, nadie se iba a preocupar, tampoco era una denuncia. Lo que ocurre es que siempre cuando uno hace una historieta hay una cuestión metafórica y se está hablando del poder y la policía en términos generales. Pero la verdad es que nunca hicieron problema por eso.
¿Por qué no ha prosperado una merecida reedición completa de Savarese para el lector hispano?
No tengo idea, ahora no depende de mí tampoco, para empezar yo no tengo ningún original de Savarese, no sé donde fueron a parar los originales. Después que terminó Columba medio que se desmembró, se desintegró, nunca tuve los originales de Savarese conmigo.
“El condenado” (Ediciones Record) es uno de sus mejores trabajos, de los más logrados, junto a Guillermo Saccomanno, y una historieta muy extensa también. Una aventura ética, la de Marcel Clouzot, la de no contaminarse con el mundo de la marginalidad. Coméntenos sobre esta obra que luego de Argentina estuvo publicándose en Francia, y parece interminable por momentos.
Sí, pero ese es un planteo de Saccomanno, fue él quien propuso el guión de esa manera y da la impresión que no termina nunca, porque tampoco hay una línea de tiempo continua, se va desarrollando una historia paulatinamente a diferencia de Savarese, que siendo contemporáneas en la producción se atiene a una línea temporal, pasando por distintos hitos, Savarese va cambiando personalmente, va creciendo, va desarrollando otras relaciones personales.
Clouzot más que vive contempla…
El contempla y muchas veces cuenta las historias que le cuentan otros que protagonizaron esas historias. Hay una etapa en que él no es muy protagonista de los episodios, es el intermediario entre el supuesto personaje central que se lo contó. Clouzot lo narra al lector como si el mismo fuera el escritor.
Aparte,
ha retomado su producción junto a Saccomanno con Leopoldo, editada por
Telam. ¿Cómo se da la posibilidad de una nueva historieta con
Saccomanno? ¿Puede hablar sobre Leopoldo? ¿Se vienen nuevos trabajos
junto a Guillermo Saccomanno?
Seguimos trabajando con Saccomanno, estamos muy en contacto porque somos amigos. Siempre que tengo la oportunidad de algún trabajo como fue Leopoldo hace unos años, cuando apareció esta oportunidad en Telam, pienso en él, recurro a él, es con quien trabajo más cómodo en la historieta actualmente, es una labor muy fluida, grata y productiva.
Para empezar Leopoldo está ambientado en Argentina,
a pesar de que tiene otros movimientos, con algunos viajes en el
tiempo, tanto en el recuerdo del personaje del librero que lo acompaña,
se van trasladando de época y de lugar, eso le da una gran libertad a Saccomanno
para moverse ampliamente por los temas que a él le interesan, no
importa cuando transcurran. Al principio, la mayor parte está ligada a
las costumbres nuestras de Buenos Aires, pero después toma otros rumbos y no se circunscribe solo a esto porque es un espectro muy amplio el que plantea como temática.
¿Cuál es la proyección de Leopoldo?
Vamos a seguir. Mientras se dé, seguimos. No está pensada como para decir que tiene un ciclo, le damos un final y luego hacemos otra cosa. Nosotros somos trabajadores de la industria editorial.
La desaparición de la industria editorial ¿cuánto ha afectado la profesionalización del historietista argentino? A pesar de ello los dibujantes continúan apareciendo… ¿Cómo se explica ello?
Yo no tengo explicación para eso, la verdad es que me sorprende, porque se han ido transformando en empresarios de sí mismos. Antes era más sencillo ir a la editorial con la carpeta y tratar de encontrar lugar en la industria, ahora esta desapareció como tal, lo editorial pasa por otro lado: la autoedición. Hay muy pocas publicaciones en medios masivos, los diarios siguen teniendo algunas tiras, hay revistas como Fierro pero es muy poco comparado con lo que, en aquel momento había, donde se canalizaba la producción, y el resto son autoediciones. Lo que tiene las editoras pequeñas es que se han ido gestando con el tiempo, lo que a mí me parece un milagro. La verdad es que no sé como funcionan porque no es un mercado en el que yo este metido actualmente. No me explico porque se produce.
Yo creo que la historieta un fenómeno de arte popular, casi natural, se ha establecido desde que empezó, para ello hay que remontarse a la historia y tiene antecedentes mucho más primitivos de lo que uno piensa. La historieta como la conocemos arranca en un momento determinado a principios del siglo XX y sigue gestándose y sigue funcionando y aparentemente sigue teniendo interés en la gente y genera historietistas. ¿Cómo? no tengo la menor idea. Y mucho menos porque.
La
sociedad con Trillo implica un giro, de una representación realista
pasa a configurar universos de parodia, como los del El Husmeante, El
caballero del piñón fijo, El conejo de Alicia. ¿Cómo se dio el encuentro
con Carlos Trillo en SuperHumor (La Urraca)?
Tengo que hacer memoria. Trillo era amigo de Saccomanno, nos conocimos en el ambiente historietístico y nos acercamos mutuamente, no recuerdo quien le propuso a quien el primer trabajo, lo hicimos como probando y nos encontramos con que podíamos trabajar cómoda y fluidamente los dos, me resulto muy natural, yo trabajé muchos años con Carlos y siempre muy integrado a su labor de guionista.
Es imposible no mencionar Cosecha verde y Spaghettti Bros, influenciadas por el folletín melodramático como sus trabajos más populares junto a Trillo y con continuaciones como El Iguana y Viejos canallas. ¿Donde radicó el éxito de estas historietas?
Si existe el éxito es algo muy difícil de explicar y mucho menos si se parte de la suposición de que lo que uno hace es exitoso. Veo que han fluido que han tenido varias ediciones pero no termino de entenderlo como un éxito en esos términos y mucho menos para buscarle una explicación.
“Peter Kampf lo sabía” es uno de los trabajos más ambiciosos a nivel de ideas. Ucronia donde Hitler se convierte en historietista y se vislumbran sus ideas fascistas en la sociedad de EEUU. Este comic fue impreso hace pocos años, pero no es tan conocido fuera de Argentina. ¿Qué le faltó para ser rotundo un éxito internacional?
Te doy la misma respuesta anterior no tengo explicación de por qué funciona una cosa y tampoco la inversa por qué no funciona. La verdad no sé, lo único que puedo observar es que a lo mejor es una historia que no terminó de funcionar editorialmente, es una obviedad pues el éxito se puede explicar cuando una obra funciona para el editor y la falta de éxito porque el editor piensa que no funciona, que el lector no la asimila como tal. No tengo idea.
¿Cuál es su balance de la variada producción realizada junto a Carlos Trillo?
Es una variedad tremenda de títulos la que generó Trillo, de historias, de crímenes, de épocas, de formas de abordar la historieta. A mí Trillo me incorporó exigencia creativa.
Trillo por Mandrafina
¿Cuánto afectó a la historieta argentina la prematura partida de un genial guionista como Trillo?
Una enormidad, es una ausencia tremenda, estaba en una etapa de su vida donde todavía podía hacer muchísimo por la historieta y aparte perderlo humanamente, para mi es una gran ausencia, no solo profesional, sino como amigo, como persona, era un tipo extraordinario.
¿Como viene resultando el paso al mercado francés con “La guerra de los magos”, continuada con Roberto dal Pra'?
Bueno, lo mismo, como acabo de decir de Bonelli en ese sentido me fui adaptando al relato que prefieren los franceses también a partir del guión. Tanto Trillo como dal Pra' armaron un guión pensando en la propuesta general de la historieta francesa para llevarlo a un editor que se encargara de editarlo, así fuimos haciéndolo, adaptando la historia a esa forma. Un tipo de relato, tiempos más pausados y proponiendo un desarrollo de la narración que requiere un alejamiento del enfoque. Me fui adaptando a eso y lo estoy haciendo. No cambia mucho, me lleva más tiempo, porque no es mi manera natural de trabajo, como cuando dibujo para el mercado argentino, o el italiano en caso de Aurea.
¿Qué nuevos proyectos de comics tiene en carpeta?
En este momento seguir con lo que estoy haciendo, por lo pronto todavía tengo para bastante tiempo, después irán apareciendo otras cosas, no hay nada pensado al margen, tengo bastante para terminar el tercer libro de La guerra de los magos, que recién está en sus inicios. Lo de Leopoldo lo seguimos, porque es una historia como la del condenado que no tiene un final previsto.
¿Porque no hay mas trabajos de Cacho Mandrafina publicados en el mercado argentino?
Bueno, ahora se está publicando Leopoldo y sale cada tanto en Fierro y se han reeditado cosas como Peter Kampf, como vos señalaste, hay un libro del Condenado, los dos tomos de La guerra de los magos se han publicado en Fierro, tampoco produzco más que eso, a no ser que te refieras a reediciones de historietas pasadas, básicamente los Spaguetti que son una obra que no se ha republicado mucho acá, es enorme la producción, son muchas páginas, no sé, tampoco lo propusimos mucho, tengo que moverme más en ese aspecto.
¿No ha hecho propuestas a los editores?
En general las publicaciones que hubo fueron propuestas de los editores, no salí yo con mi material a buscar una edición porque no es mi práctica habitual pero ahora que lo decís, lo voy a pensar.
ENTREVISTA COMPLETA
INOLVIDABLES TEBEOS : OBRAS
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