PORTADAS de LA CODORNIZ al MUSEO REINA SOFIA
El Reina Sofía recibe 30 portadas de La Codorniz de Enrique Herreros
Nota extraida de Revista de Arte del 25 de junio de 2018
Ha tenido lugar en el Museo el acto de
firma entre el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel y Enrique
Herreros de un contrato mediante el cual este último lega un conjunto de
45 obras de su padre, el ilustrador del mismo nombre, vinculadas en su
mayoría a la revista La Codorniz, que pasarán a engrosar la Colección.
El legado se compone de treinta portadas
de La Codorniz, (collages o dibujos) de los primeros años de la revista
y de 15 aguafuertes de la serie Tauromaquia de la muerte realizados por
Enrique Herreros (Enrique García-Herreros y Codesido), (Madrid, 1903-
Picos de Europa, 1977), reconocido ilustrador, cineasta, dibujante y
humorista que desarrolló un trabajo artístico interdisciplinar desde la
década de los veinte en adelante. La presencia de Herreros en La
Codorniz fue realmente significativa: autor de más de ochocientas
portadas, miles de dibujos y cientos de collages, fue uno de los
principales responsables del diseño artístico y estilo visual de la
revista, caracterizada por el humor e ironía.
El conjunto de obras es de gran interés
para la colección del Museo ya que se enmarca en la línea de
investigación que se viene desarrollando sobre lo popular en el arte de
vanguardia y el humorismo gráfico durante la posguerra en España.
Asimismo hay que destacar que el interés también radica en la práctica
inexistencia en el mercado de los materiales originales de las portadas
de la revista.
La Codorniz fue, sin duda alguna, la
gran publicación de humor de la dictadura, y en el plano artístico, el
trabajo de Herreros destaca en calidad vanguardista y audacia sobre el
resto de colaboradores. La revista pudo sobrevivir en el franquismo
gracias al distanciamiento con el inmediato contexto político pero su
gran logro fue conseguir la continuidad con un humor absurdo y
disparatado de clara raigambre vanguardista, una batalla contra la
lógica y las convenciones sociales.
Un segundo conjunto de obras que pasará a
formar parte de la Colección es el de los 15 aguafuertes, de naturaleza
goyesca, de la serie denominada La Tauromaquia de la muerte, que fueron
realizados por Herreros en el año 1946. En ellos se aprecia la calidad
del autor como grabador y su dominio del aguafuerte y son de interés
para la Colección del Museo ya que se relacionan con la iconografía
clásica del arte español finisecular y con la obra gráfica de otros
autores españoles primordiales para la misma, como Goya y Gutiérrez
Solana.
Sobre el autor
Enrique Herreros destacó en los años
veinte publicando dibujos en las revistas más relevantes del momento
(Muchas gracias; Gutiérrez o Buen Humor) y elaborando carteles de cine
para la productora Filmófono. Desde entonces forma parte del grupo
creativo conocido, a posteriori, como “la otra generación del 27”, junto
con Miguel Mihura, Tono, López Rubio, Neville o Poncela. Con ellos,
durante la guerra civil, trabajó para la revista La Ametralladora, y a
partir de 1941, y hasta su muerte, en La Codorniz.
A lo largo de su vida, también realizó
pintura al óleo y aguafuertes (destaca la goyesca serie La tauromaquia
de la muerte, de 1946).
En su faceta cinematográfica hay que destacar
que dirigió las películas María Fernanda La Jerezana (1946) y La muralla
feliz (1947). Mihura, director de La Codorniz hasta 1944, y sus colegas
—el núcleo duro lo formó con Tono y Herreros—, tuvieron que negociar su
lenguaje artístico, pues como subraya Hernández Cava “la posguerra no
parecía dispuesta a aquellas alegrías modernas de antaño”.
Nota de EL PAIS sobre el tema.
Nota de LA NUEVA ESPAÑA sobre el tema.
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