REPORTAJE ILUSTRADO: del DIBUJO al PERIODISMO
Un libro de Gary Embury
Eventos culturales, manifestaciones y protestas, conflictos armados, investigaciones periodísticas… Narrar a través del dibujo los acontecimientos de nuestra época es una práctica que cuenta con una larga historia y que, en los últimos años, está despertando un interés renovado. El reportaje ilustrado captura hechos valiéndose del lenguaje visual pero, a diferencia de otros medios gráficos como la fotografía, sus historias brotan directamente del dibujo a mano, incorporando la mirada, experiencia y reflexión personal de su autor. Esta es su fuerza y singularidad.
La siguiente es una nota realizada por Laura Ventura, para La Nación del 10 de febrero de 2019:
Crónicas de la realidad, a mano alzada
Ante al renovado auge de los reportajes ilustrados en los medios del mundo, el inglés Gary Embury logró reunir en un libro las voces de los referentes actuales. Dice que la fuerza del "periodismo visual" está en la subjetividad y recorre una historia apasionante que se inició con las pinturas rupestres
Cuando Gary Embury tenía seis años, su papá se accidentó y debió permanecer en el hospital durante meses. Le enyesaron ambas piernas, desde los tobillos hasta la cadera. Cada vez que el pequeño iba a visitarlo, contemplaba los nuevos retratos y caricaturas que el hombre realizaba, en su cama, un lugar tan estático, inspirado por el movimiento incesante de familiares, amigos, enfermeras, médicos y otros pacientes. Gary copiaba aquellos dibujos sobre el yeso, para decorar el impoluto blanco del vendaje de su padre. Así, desde temprano, comprendió el atractivo de ilustrar los hechos relevantes de la realidad, la belleza que emerge en los contextos más disímiles donde tanta gente sufre y tiene una historia que contar. Profesor de la Universidad West of England, experimentado dibujante de publicaciones como The Guardian o The Economist, el británico lidera Reportager, la plataforma que impulsa el reportaje ilustrado, un subgénero del periodismo, una expresión cuyos trazos se extienden en el pasado, pero cuya presencia en la actualidad cobra gran protagonismo en los medios de comunicación.
El ser humano documentó los hechos vitales de su existencia mucho antes de que dominara un lenguaje o un sistema expresivo verbal. Los dibujos rupestres o algunos rollos de la dinastía Sung, en Japón, dan cuenta de esta capacidad que fue perfeccionándose con el devenir de los siglos. Desde los viajes de exploración del siglo XVIII, los conflictos bélicos, como la guerra de Crimea, donde Gustav Doré -quien dibujó por primera vez al Quijote y cuya interpretación del original de Cervantes se ha convertido en ícono- y el encuentro con el otro de los pueblos originarios, las palabras son muchas veces ineficaces. El impresionismo desempeñó un rol fundamental e influenció a los primeros profesionales del reportaje ilustrado, quienes adquirieron la categoría de artistas. Primero con la litografía y luego con la fotografía, la tecnología juega un rol central a la hora de documentar la realidad. Sin embargo, Embury, junto con Mario Minichiello, autores de Reportaje ilustrado. Del dibujo al periodismo: referentes, técnicas y recursos destacan las virtudes de esta disciplina artística ejercida por periodistas visuales que cuentan una historia con imágenes, pero dibujadas a mano.
-¿Por qué cree que los grandes medios les están dando cada vez más espacio a los reportajes ilustrados?
-En esta era de la imagen mediada digitalmente, creo que los artistas de reportajes ilustrados todavía podemos contribuir con nuestras percepciones de los problemas sociales y políticos. La cobertura de 24 horas diarias que realizan las agencias de noticias tradicionales puede liberar a los artistas de las presiones que implica producir un registro oficial a partir de un evento. Podemos responder de una manera más personal y subjetiva, por lo tanto, posiblemente descubramos y reflejemos puntos de vista políticos y sociales más amplios.
-¿De qué manera el reportaje ilustrado resulta más efectivo que la fotografía?
-Creo que es probable que las personas se involucren más con algún tema cuando es un dibujo, porque tiene una intimidad que la fotografía no tiene. Querés que la gente vea a través de tus ojos. Alexander Roob escribió en su libro Diving Trips, Drawing as Reportage: "En una era de posibilidades infinitas de manipulación de la fotografía, el dibujo está experimentando un renacimiento, más subjetivo, una realidad filtrada se encuentra en sus cimientos". Minichiello, mi coautor, dijo: "Es un malentendido decir que el dibujo y la fotografía hacen lo mismo; los dos procesos requieren formas muy diferentes de pensar y ver, un dibujo extiende el tiempo que representa muchos momentos y decisiones que incorporan pensamientos y conversaciones. Es una conexión profunda con la memoria".
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La revista alemana Simplicissimus, fundada a fines del siglo XIX, donde escribían Thomas Mann o Rainer Maria Rilke, influyó a otras publicaciones más allá del Atlántico, como la estadounidense The Masses. Críticas con sus respectivos gobiernos, estos emblemas del reportaje ilustrado retrataban las condiciones de vida de los habitantes y de los soldados que se preparaban para una guerra de dimensión descomunal. También lo hizo Ben Shahn, quien mejor ilustró los rostros desesperados de los estadounidenses durante la Gran Depresión. El polaco Feliks Topolski, radicado desde joven en Inglaterra, es la figura más importante del reportaje ilustrado del siglo XX. Su prolífica obra incluye la serie de retratos realizados para The Picture Post sobre los enfrentamientos aéreos entre el ejército ruso y el británico durante la Segunda Guerra Mundial.
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NOTA COMPLETA de LA NACION
Feliks Topolski
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