JOSE MASSAROLI y los CAUDILLOS
En el Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, de Buenos Aires, se está realizando una muestra basada en tres historietas de José Massaroli, centradas en las vidas de tres caudillos argentinos de la primera mitad del siglo XIX: Manuel Dorrego, Facundo Quiroga y Chacho Peñaloza. A continuación presentaremos un análisis de cada uno de ellos realizados por diferentes especialistas.
Fusilen a… ¡¡Dorrego!!
Por Diego Valenzuela
En ciertos sentidos es un viaje al pasado. Por su carácter de biografía histórica y por lo que presenta del recorte del lenguaje de la historieta, considerando su primera aparición, 27 años atrás. Y paradójicamente, es al mismo tiempo profundamente contemporánea, tanto en su faz política como en lo que su formato dice sobre el nuevo escenario comiquero local.
José Massaroli basa esta biografía en un trabajo de Enrique Pavón Pereyra publicado en 1982, apenas dos años antes de la aparición de esta obra en un pequeño matutino. Vale ubicarse en la época: 1984, la democracia recién recuperada en Argentina y una efervecencia política muy particular, dada a revisar el papel de cada “prócer” en el proceso de fundación nacional. La figura de Dorrego, suerte de “enfant terrible” de los años revolucionarios posteriores al mayo de 1810, se destaca. Y en cierto modo lo que ensaya el autor, siguiendo al historiador, es una reivindicación del militar y estadista federal frente a la figura -mucho más prominente para las elites porteñas- de su verdugo Lavalle.
El autor, además, informa al lector que Dorrego cayó “víctima de sus propias virtudes” como gobernante. Por causa de su papel como promotor del federalismo y de una opción de gobierno enfocada en el pueblo, usualmente en contra de los deseos unitarios. Su muerte, finalmente, marca el comienzo de una extensa serie de luchas intestinas sangrientas. Su muerte abre la puerta del asesinato como herramienta política de uso común. No es difícil, pues, ver la relevancia que cobraba la figura del ex gobernador de Buenos Aires en el contexto de 1984.
Eso desde una perspectiva histórica. Pero Fusilen… también recorta otro momento, el historietístico. Si bien la obra aparece en 1984, y eso la hace coetánea de la primera Fierro, su raíz es otra. Al punto que desde lo formal se ubica en un lugar difuso entre la historieta y la biografía ilustrada. Massaroli no hace de la secuencia ni del dibujo su principal arma narrativa. Prefiere amplios cuadros de texto profuso, en los que en muchas ocasiones el dibujo funciona como mera ilustración. En este sentido, Fusilen se ubica más cerca de la tradición editorial de Columba y sus deseos de que la revista “dure”, y que dure usando mucho texto.
Seguro, hay motivos en la misma obra que justifican el texto y exceden sobradamente cualquier influencia de Columba que pudiera tener Massaroli, pero no por ello se hace menos notable el momento en que aparece esta obra, sobre todo considerando el período de ruptura formal que surge de la aparición de la otra publicación argentina.
En esta tónica, tiene perfecto sentido que este material aparezca de manos de, que trabaja desde hace años en al recuperación de una cierta tradición de historieta argentina. Y como la historia que puede leerse de corrido, es natural que lo haga en un libro, que al cabo es el formato que la historieta adopta en los tiempos que corren.
Mención final al apartado gráfico. En particular, a la construcción de ambiente, de vestimentas y de batallas. Pese a ser un militar de carrera, el autor elige no darles un lugar preponderante. Fusilen… no es una historia de aventuras, sino una biografía histórica. El énfasis está puesto en los procesos independentistas y políticos, así que cada combate recibe un par de imágenes, no más, aunque Massaroli se da el gusto de presentarlas en planos largos y bien recreados.
BLOG de Massaroli sobre Dorrego
BOOK TRAILER sobre la edición
¡¡FACUNDO!! de José Massaroli
por Germán Cáceres
Pablo Hernández subraya en el primer prólogo: “Es el Facundo de Massaroli, pues, una historieta. Pero es también un libro de historia”. Por eso en ella abundan tanto los textos explicativos como los diálogos y, para eludir esta dificultad narrativa, Massaroli cambia continuamente de planos, de ángulos, de enfoques y, a tramos, introduce cuadritos mudos. Así, la fluidez de la secuencia gráfica es notable y permite vigorizar las escenas de acción. Son primorosos los ámbitos nocturnos que representan las relaciones amorosas de Facundo y su esposa Dolores. Y dibuja con destreza las batallas y los combates a caballo.
La primera parte, “El Tigre de los Llanos”, es motivo de revalorizaciones, en las que el autor se pone manifiestamente del lado de los federales y de Facundo Quiroga. Ataca con indignación la figura de Rivadavia y a los unitarios, a los que califica de antidemocráticos y cipayos del imperio británico. A Lamadrid lo señala como un asesino feroz, mientras que al caudillo riojano lo sublima como un héroe querido por los pueblos provincianos. En cuanto a su concepto del general Paz no podía ser peor: “Mediante el inhumano recurso de disparar sobre su propia gente en retirada, Paz logra detenerla…”, una actitud similar a la del siniestro general Mireau de La patrulla infernal (1957), de Stanley Kubrick.
“Barranca Yaco” es el título de la segunda parte, en la que los cuadritos de mayor tamaño y los textos concisos favorecen la narratividad. Y sobresale el arte de Massaroli: en la página 48 los contrastes de blancos y negros de los caballos que conducen una diligencia conforman una viñeta bella y vigorosa.
Un halo de tragedia recorre este bloque en el que se teje la conspiración que trama el asesinato de Quiroga. Como dice Frank Szilágyi en un segundo prólogo “José logró lo que es casi imposible en los relatos históricos: que los personajes no sean cartones, sino que estén VIVOS”.
Para que no queden dudas sobre su posición ante esta lucha fratricida, Massaroli transcribe la proclama unitaria escrita en Chile por Sarmiento: “…es necesario emplear el terror para triunfar en la guerra. Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Debe tratarse de igual manera a los capitalistas que no presten socorro…; es preciso desplegar un rigor formidable (…) Debe imitarse a los jacobinos de la época de Robespierre”.
José Massaroli ha concretado una excelente historieta y, a la vez, una visión de la historia argentina nada convencional, que apuntala con datos, fechas y una bibliografía.
BLOG de Massaroli sobre Facundo
BOOK TRAILER sobre la edición
El Chacho: la historia argentina contada desde la historieta
La obra, presentada por el autor junto al historiador Hugo Chumbita y Jorge C. Morhain, contiene la biografía del mítico caudillo riojano, vista desde dos personajes ficticios que lo acompañan en sus campañas. Fue publicada originalmente en el diario La Voz en 1985, subida semanalmente a la web durante 2014-15 en el blog Historieta Patagónica y compilada ahora en formato libro.
José Massarrolli realizó historietas de carácter histórico, interesándose sobre todo en la historia argentina. Publicó Juan Moreira en el diario La Voz, con guión propio basado en la novela de Eduardo Gutiérrez, en la que se aborda un tema histórico real, y al terminar se le ocurrió proponer la vida de Manuel Dorrego; para escribir el guión recurrió a libros como el de Pavón Pereyra y viejos ejemplares de la revista Todo es Historia.
Massaroli dijo haber descubierto la historia argentina, la verdadera, que es cruel, injusta, heroica y su fascinante fuente de inspiración. Asimismo, marcó como una obligación el hecho de poder comunicar todo lo que fue descubriendo. En este afán, convirtió en historieta a Dorrego, al Facundo y, finalmente, al Chacho Peñaloza.
En el año 1991 llegó a dibujar personajes de Disney, algo que suena extraño, pero que el autor destaca como una necesidad económica, en una etapa especial para Mickey, en la que combina el estilo Disney con su formación “realista”; fue el Mickey Mistery que dibujó durante dos años. El ratón se había convertido en una especie de Philip Marlowe con sombrero e impermeable. Estas historias tenían un estilo de policial “negro” que la cargaba de dramatismo.
Jose Massarolli siempre rescata tanto en sus diálogos como en su obra, la importancia del patrimonio historietístico nacional, que es uno de los más ricos del mundo, con nombres como Breccia, Salinas, Pratt, Del Castillo, Solano López y tantos otros grandes maestros; una herencia e influencia rica que el autor suele destacar.
En sus obras ¡¡Juan Moreira!!, La Milonga de Orquídeo Maidana, La Vuelta de Obligado, ¡¡Facundo!!, ¡¡Fusilen a Dorrego!!, ¡¡El Chacho!!, su estilo está consustanciado con el espíritu de la historieta nacional.
BLOG de Massaroli sobre El Chacho
BOOK TRAILER sobre la edición
2 comentarios:
Muy buen informe sobre la importante labor de divulgación de Massaroli de aspectos muy significativos de nuestra historia
Muy buen informe sobre la importante labor de Massaroli sobre aspectos muy significativos de nuestra historia.
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