PRONOSTICOS para 2016 del COMIC en ESPAÑA
Reproducción del artículo de Manu Garrido,
para ctxt-Contexto y Acción, del 10/2/2016
La resurrección del cómic
El sector inicia 2016 con optimismo, tras sufrir en los últimos años los estragos de la crisis, y pide una promoción cultural equivalente al resto de la industria del libro
por Manu Garrido
Es complicado trazar el mercado del cómic —y su industria—
en España. La falta de apoyos por parte de las instituciones a nivel
nacional, unida a la complicada sostenibilidad de los autores patrios,
que suelen abandonar el país en busca de mejores oportunidades en
Francia y Estados Unidos, y la incertidumbre a la que se ven sometidos
los editores título a título hacen que el cómic en nuestro país sea un
medio de vida con pocas garantías. Por no haber, no hay ni cifras
oficiales de ventas de la mayoría de ediciones que se publican.
En 2016 cabe preguntarse cuál es la situación. El cómic,
como el resto de productos culturales de consumo, ha sufrido en primera
persona los estragos de la crisis: desde 2008 muchas colecciones han
sido canceladas, por no hablar del drama de libreros y editores que
acabaron cerrando sus negocios. Sin embargo, parece que el panorama
comienza a despejarse y se atisban los primeros indicios positivos para
un mercado que tiene margen para el crecimiento.
Álvaro Pons, divulgador y crítico de la
historieta, cree que el momento actual, aunque estable, no deja de ser
débil. “Es posible que veamos ya una cierta línea de estabilidad e
incluso de crecimiento en el número de títulos publicados, con aparición
de nuevos actores editoriales en el panorama incluso, pero no está
claro que esto se traduzca en un resultado económico que asiente y
cimente una industria del cómic en España”, explica. Lo que sí parece,
añade, es que “estamos asistiendo a la definitiva equiparación (o
inserción) de la industria del cómic a la del libro, con todas las
ventajas e inconvenientes que pueda tener”.
Pons sostiene que en España estamos a años luz de los
mercados francés o estadounidense. En cualquier caso, y aunque muchas de
las tiradas son tan pequeñas que hacen muy difícil la rentabilidad de
las publicaciones, la crisis empieza a dejar respirar a los editores.
Eso se ha transformado en los últimos año en la aparición de nuevas
editoriales y el auge del cómic en las que ya estaban asentadas.
“¿Significa eso que hay un buen mercado? Por lo menos hay una apariencia de buen mercado, lo que siempre es interesante”, dice Álvaro Pons.
Una de esas editoriales que aparecieron pocos años después del terremoto editorial es Milky Way Ediciones,
que durante 2015 se ha consolidado con un extenso catálogo enfocado en
el cómic de origen japonés, el manga. “Quizás lo más duro ha sido, como
en toda empresa, el principio. Hacerse un hueco en las estanterías y que
el público reconozca y aprecie tu sello editorial”, comenta Carlos E.
Subero, editor de la editorial asturiana. Subero explica que pretenden
ser una opción distinta en el mercado de títulos, para lo cual sacan
partido de su condición de editorial pequeña: “Nos damos el gusto de
poder publicar lo que nos gusta”.
Al otro lado se encuentra David Hernando, que no trabaja
para una editorial precisamente pequeña. Es el editor de la línea de
cómic del Grupo Planeta, Planeta Cómic.
“El cómic en España se ha beneficiado de la caída de otros géneros
literarios, ocupando parte del mercado que antes de la crisis le era
imposible acceder”, dice David. Y asegura, con respecto al crecimiento
del mercado, que “desde 2011 hasta hoy ha ido aumentando cada año a
pasos agigantados, si bien en 2015 se ha visto cierta tendencia a
estabilizarse”. “El mercado sigue creciendo, pero sobre todo en número
de títulos publicados”, aclara.
No se puede explicar la salud actual del cómic en España
sin hablar del esfuerzo de promoción y puesta en valor de la historieta
por parte de algunos colectivos. Es el caso del Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Antoni Guiral es el nuevo director de contenidos del Salón, el más
longevo de España en su especie. Guiral se muestra satisfecho con la
implicación en el evento, y reconoce que las ayudas existen: “Hay
instituciones que se han tomado muy en serio el tema de los cómics, lo
que es muy de agradecer”.
Con respecto a la situación del mercado, Antoni Guiral
dice que “es evidente que hay una mejora con respecto a los últimos
años. De hecho, es difícil encontrar un momento en nuestra historia del
cómic en el que haya una oferta tan amplia y variada como la que hay hoy
en día”. Y habla de la necesidad de que el Salón continúe “siendo un
lugar de encuentro tanto para profesionales como para aficionados o
personas que sienten curiosidad por la historieta”. Una puesta en común
de lo cultural que este año cumplirá treinta y cuatro ediciones.
Ficomic, organizadora del evento, ya ha abierto el periodo
de votaciones para los premios del Salón del Cómic de Barcelona, que
reconocerán a las mejores publicaciones y autores del 2015.
Unos premios imprescindibles a nivel nacional que este año repartirán
cerca de 25.000€ entre sus premiados. “Me gustaría pensar que son
importantes, tanto en el sentido de apoyo a la obra de los autores, como
en el entramado comercial. El cómic es cultura e industria, y los
premios del Salón que, creo, están muy bien divulgados, pueden y han de
ser importantes para esos autores o autoras que los ganen y para sus
obras y sus editores”, responde Guiral acerca de la importancia del
certamen.
En el sur de España, el Salón Internacional del Cómic de Granada
le sigue la pista a la Ciudad Condal. Con veintiún años a sus espaldas,
el encuentro dedicado al tebeo se prepara para volver al centro de
Granada, lugar que acogió sus primeras jornadas. “El cómic en su más
amplio espectro necesita una promoción cultural más próxima a la que se
hace con el libro, y eso es lo que queremos hacer con el Salón del Cómic
de Granada: que el público no tenga que ir a un recinto a buscar y que
sea éste el que va adonde está el público”, explica Alejandro V.
Casasola, director del evento. Un modelo que triunfa en Angulema y que
promete aumentar la oferta de cultura en la ciudad.
Para Álvaro Pons, a pesar de la mejora sustancial del
panorama, faltan todos los apoyos. “El cómic debe entrar en igualdad de
condiciones en cualquier ayuda a la edición, pero sería fundamental que
existiran políticas de promoción y apoyo específicas dedicas a la
historieta. Solo se puede mejorar si las instituciones apoyan la
cultura, lo que por desgracia hemos visto que ha sido casi una utopía en
los últimos años”, concluye.
El mercado muestra su mejor cara y se siente optimista
para el nuevo año. Parece ser el momento idóneo para aprovechar esa
estabilidad y apostar decididamente por el cómic. El sector editorial ya
lo está haciendo, los autores van recuperando terreno y los clientes
vuelven a gastar, a juzgar por el incremento de títulos publicados al
que hacen referencia los editores. Solo falta el toque de gracia;
apostar por un sector cultural que lo tiene todo a su favor y que está
dispuesto a seguir creciendo en los próximos años. Si le dejan.
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