ORIGENES del TEBEO en la BIBLIOTECA NACIONAL de ESPAÑA
Enrique Bordes, comisario de la exposición
La BNE recupera el mundo del cómic en la exposición
¡Beatos, Mecachis y Percebes!
Texto extraído el sitio oficial de la Biblioteca Nacional de España
El 4 de octubre se abre al público en la Biblioteca Nacional de España la exposición
¡Beatos, Mecachis y Percebes! Miles de años de tebeos en la Biblioteca Nacional
(podrá verse hasta el 13 de enero de 2019).
La muestra dibuja en tres
pasos un baile de varios cientos de años. Empezando con los Beatos,
antepasados lejanos que iluminaron manuscritos o contaban historias en
tiras de vendaje de momia. Seguirán los Mecachis, ya más cercanos,
olvidados bisabuelos que vivieron la entrada del siglo XX desde sus
ilustraciones para prensa periódica. Y cierra con la popular familia de
la Rue del Percebe.
La BNE vuelve su mirada una vez más hacia el campo del cómic, ese tipo de publicación gráfica que en España reivindicamos llamándola tebeo. En esta ocasión con una pequeña-gran panorámica, que es en realidad un juego de relectura, una mirada ligera y sin prejuicios que, con cierta irreverencia, convierte en tebeos miles de años de historia.
Manuscritos medievales, incunables
xilográficos, libros calcográficos, prensa decimonónica… han sido
seleccionados con esta particular mirada a partir del amplio Patrimonio
Bibliográfico Español conservado en la BNE –disponible de manera
creciente en la Biblioteca Digital Hispánica– además del aporte de
instituciones vecinas como el Museo ABC y el Museo Arqueológico
Nacional.
Remontarse hasta los orígenes de la
humanidad para buscar tebeos no es una idea nueva, de hecho aquí se
reivindica lo que fuera una intención frustrada en la que se conoce como
la primera exposición institucional en torno al cómic Bande dessinée et figuration narrative, que tuvo lugar en 1967 en el ala del palacio del Louvre que ocupa el Museo de Artes Decorativas.
Esta selección tiene también un fuerte
componente arquitectónico, condicionado por la mirada de su responsable y
guiada por la convicción de que las construcciones que se dibujan para
contar historias son las mismas que se “dibujan” para vivir. Se
convierte así la sala en una heterotopía, entendida como lugar de
lugares, un espacio real donde se yuxtaponen espacios y relatos, que van
desde una tumba egipcia a un peculiar edificio marcado con el número
13.
Beatos, mecachis y percebes, una
familia inventada que se remonta a los orígenes de la humanidad, tres
nombres sonoros en la tradición más pura del tebeo, tres personajes para
un recorrido gráfico que muestra una manera de contar que siempre nos
ha acompañado... y de paso enseñan que la BNE siempre ha sido una casa
del tebeo.
El primer paso del recorrido se construye en torno a un halo de misterio que abarca miles de años. Los Beatos, decenas de códices manuscritos copias del Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana, aquí pasan a denominar todo un pasado lejano, apenas recuperado de la pérdida en el tiempo.
Estos beatos, antepasados sin rostro, no
solo viven más cerca del mito y la religión, sino que son los últimos
que conocieron un mundo sin fotografía, y esto es importante, ya que
después de la presentación del invento de Daguerre en 1839, la visión
nunca sería la misma.
Fragmento de una venda de momia
Se narra a través de imágenes y
estructuras gráficas que beben directamente del entorno construido y con
ellos se asiste al nacimiento del libro, la progresiva democratización
de palabra e imagen y la pugna entre ellas para contar historias.
Los mecachis, en honor al
brillante dibujante Eduardo Sáenz Hermúa, que vivió tras ese apodo, son
aquellos antepasados que no se conocen hoy en persona, pero que ya
vivieron el principio de nuestro mundo: la urbe industrial, la
democratización de la imagen, la llegada de los medios de masas, el
inicio del cómic en su concepción contemporánea, la aparición de la
fotografía... el nacimiento de la imagen técnica.
'Nochebuena... ¡Pero buena!', de Eduardo Sáenz Hermua (Mecachis)
Es tiempo de pioneros que ensayan nuevos
modos desde los principales países industrializados, con Francia e
Inglaterra al frente y sus capitales como ejemplo. Con la ubicuidad de
la económica imagen litográfica nace una nueva prensa, y con ella la
conciencia del poder del mensaje multiplicado.
Las páginas gráficas, y sus autores,
crecen en alcance y reconocimiento. Reflejan al instante la escala y
condiciones de la nueva ciudad, a la vez que exploran formatos inéditos,
como libros enteramente dibujados.
Y, finalmente, los percebes, un homenaje directo a Francisco Ibáñez y el edificio que se convirtió en retrato de varias generaciones: 13, Rue del Percebe.
Ellos sirven para hablar de la familia más cercana, en un concepto de
generación amplio que incluye a abuelos, padres y nietos, a aquellas
personas con las que se puede convivir aunque sea brevemente. Abarca así
el siglo XX hasta la actualidad y se convierten en una amplia acepción
de lo contemporáneo.
Aquí es donde existe el núcleo de un
universo del cómic, crecientemente inabarcable en todas sus variables,
desde el manga a la llamada novela gráfica, desde el álbum franco belga a una grapa de quiosco.
Son varios pasos, el primero para
reivindicar una vanguardia, el Isotipo, eslabón perdido en la relación
entre imagen, palabra y la compresión narrada del mundo. Para finalizar
con el mundo del tebeo clásico y las distintas apuestas de la
contemporaneidad de estas casas de tebeo.
Video de la BIBL.NAC.ESPAÑA
Video de TELEMADRID
Nota y Galería de imágenes del diario EL PAIS
Nota y Galería de imágenes de R T V E

'Ortogonal', una obra realizada para esta exposición.
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